Caminante no hay camino

Parece mentira que ya termine el invierno… ¿Se os ha hecho tan corto como a nosotros? ¡Cuántas cosas hemos pasado ya! Seguro que más de uno casi ha olvidado ya los propósitos de Año Nuevo – esos de perder peso, ponernos en forma, cuidarnos más…- y de pronto vemos que la Primavera se nos viene encima… Aunque si has sido fiel a nuestro blog, seguro que estás sobradamente preparad@ para todo lo que venga y más ;-).

Pero como ya hace buen tiempo debemos aprovechar para movernos un poco y así desentumecer los músculos, tanto si el frío os ha quitado las ganas de hacer deporte, o si os estáis recuperando de todas las carreras -¡incluida la reciente maratón!-  y estáis ya pensando en las carreras de abril. ¿Os imagináis de que queremos hablar?

¡Del senderismo o trekking!. Tenemos que confesar que María es una auténtica forofa de este deporte y se puede pasar horas explicando todas las cosas buenas que nos puede aportar ¡Vamos a ver qué nos cuenta: 

«Empecé a practicar el trekking por culpa de numerosas lesiones de rodilla por tanto correr… Y es que los excesos son tan malos o peores que no hacer nada. Al principio no me parecía un deporte de verdad…¡ilusa! pero después de escribir sobre el NordicWalking, me decidí a probar el trekking, o como siempre lo hemos llamado aquí, senderismo».

El senderismo es una actividad que todos podemos desarrollar libremente en los alrededores de nuestros pueblos y ciudades, ya que hay rutas senderistas allá donde existe naturaleza. El recorrido más famoso y transitado en nuestro país es sin duda el Camino de Santiago, pero no hace falta salir de nuestra comunidad para encontrar lugares desconocidos, también dotados de una magia especial, ¡y mucho más cerca de lo que imaginamos! 🙂

Cualquier distancia y dificultad es buena, ya que en este deporte no hay límites; cada uno pone los suyos. Abundan cada vez más los clubes de senderistas y casi cualquier localidad tiene uno como poco, -en Facebook hay un grupo que organiza salidas todos los sábados desde Sevilla-. Estos grupos nos permiten hacer deporte, hacer amigos ¡y quién sabe si conocer a tu media naranja! Compartir aficiones es una buena razón para enamorarse. ;-).  El campo nos libera del estrés de la ciudad y nos ayuda a desconectar, a descubrir… La primavera está a la vuelta de la esquina y no hay excusas para quedarse en casa.

Caminar por el monte,  por senderos, pendientes y montañas no implica tener que ser un superatleta, aunque es cierto que  existen varios niveles de dificultad. No intentes subir el Kilimanjaro en tu primera salida…¡ni tampoco hacer una etapa entera del camino de Santiago! Cualquier distancia y cualquier nivel que nos marquemos hará siempre que nuestro estado físico mejore aumentando nuestra capacidad pulmonar y nuestra resistencia. Comienza poco a poco, de manera que puedas disfrutar del paisaje y de la actividad que realizas sin sentir que te estás muriendo. Andar, aunque no te lo parezca si eres deportista de élite, es un ejercicio aeróbico y por el campo y sus superficies más irregulares conllevan un esfuerzo, hace que activemos el corazón y lo fortalezcamos y además al estar en plena naturaleza, el aire que respiramos es puro, de mayor calidad. En definitiva, nuestra salud sólo puede agradecer que practiquemos el trekking  :-).

Y si a todo esto añadimos que quemas calorías disfrutando, sin hacer un esfuerzo máximo, como puede suceder en el atletismo, pues mucho mejor. Al estar en constante movimiento, aunque no nos lo parezca, estaremos perdiendo grasa corporal. Y si esta actividad la realizamos por recorridos con subidas y bajadas perderemos mucho más.  

Pues si con todos los beneficios físicos no te hemos convencido… ¡vamos a por los psicológicos!

El trekking es un deporte y eso, ya de por sí, hace que generemos endorfinas, las hormonas imprescindibles para la salud mental, esas hormonas de la felicidad ;-).  Pero además, se trata de una práctica que se realiza en comunión con la naturaleza, alejados del estrés laboral de las grandes ciudades, del ruido, de la contaminación, ¡del Whatsapp!. Sólo sentirás paz, verás paisajes espectaculares y oirás los cantos de los pájaros. Es una manera barata y gratificante de conectar con uno mismo.

¿Aún te queda alguna excusa? ¿Que qué haces con los niños? Si eres papá o mamá  y siempre te lamentas porque los niños te están alejando del deporte: esta es la solución. A partir de los tres o cuatro años ya puedes hacer rutas cortas con ellos y disfrutarán como el que más, porque ellos mejor que nadie saben apreciar el valor de la naturaleza. Si aún no tienen tres años también existe equipamiento para cargar con ellos a la espalda: mochilas que te permiten disfrutar de la naturaleza en compañía de tu bebé, y que no sólo se venden en Alemania ;-P

Y si a pesar de todo sigues prefiriendo quedarte tirado en el sofá, cuando llegue el momento que que te apetezca levantarte y ponerte en forma, todavía estarás a tiempo, pues el senderismo no tiene edad para comenzar a practicarlo 🙂