¿Hasta cuándo amamantar a tu bebé?

¿Es la lactancia materna la mejor opción para los niños? Vamos a analizarlo desde todos los puntos de vista:

Antiguamente los niños se alimentaban con leche materna hasta los tres o cuatro años. Y si las madres no podían se recurría a las nodrizas. La razón no se ceñía exclusivamente a que no existieran otras opciones, sino a que realmente era, y sigue siendo, el mejor alimento que pueden recibir los pequeños para crecer sanos. No en vano, los seres humanos somos mamíferos y no hay nada mejor que la leche de la propia especie.

Existen muchas asociaciones prolactancia cuyo objetivo es concienciar sobre los beneficios de continuar dando el pecho a los bebés más allá de los seis meses, algo recomendado, además, por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los niños que lo siguen haciendo por encima el año obtienen una gran cantidad de calorías, minerales y vitaminas. Algunos, incluso, lo convierten en el postre ideal o en lo único que quieren tomar cuando están malitos. Sin olvidar, eso si, que a medida que crecen, los pequeños necesitarán introducir también otros alimentos en su dieta que aseguren un correcto desarrollo.

Sin embargo, la realidad a veces se impone y condiciona enormemente a las madres a la hora de dar de mamar a sus hijos. Por un lado, en la sociedad actual no siempre está bien visto ver a niños mayores de tres o cuatro años colgados de la teta de su madre y, por otro, después de los cuatro meses de baja maternal, llega la inevitable vuelta al trabajo. Así que aparecen las dudas: ¿qué van a pensar de mí?, ¿seguiré teniendo leche suficiente?, ¿necesitaré extraerme leche durante las horas de trabajo? Estas y otras incertidumbres son las responsables de que algunas madres renuncien enseguida a dar el pecho a sus hijos.

UNA DECISIÓN PERSONAL.

Lo primero que hay que tener claro es que es una decisión muy personal, porque se trata de un vínculo que relaciona a madre e hijo de un modo especial. Dar el pecho refuerza los lazos entre los dos y para el bebé no es cuestión solo de alimentarse, sino que el contacto físico con su madre le tranquiliza y le da seguridad.

¿SEGUIRÉ TENIENDO LECHE?

Sí, si se mantienen las tomas a demanda, ya que cuanto más mame el bebé, más leche se produce. Además, si la madre empieza a trabajar, lo más normal es que tenga que extraerse algo de leche para dejar almacenada en casa. Esta succión, aunque artificial, surte el mismo efecto. Lo que hay que tener en cuenta es que, tanto si se decide usar un sacaleches eléctrico como uno manual, es conveniente que la madre se encuentre serena y relajada cuando los utilice. Es mejor dejarla a solas para que las prisas no afecten a la cantidad de leche que pueda sacar. Puede ayudar hacerlo en la habitación del bebé o teniendo cerca algo con el olor del pequeño que estimule las hormonas encargadas de producir la leche.

¿EL ESTRÉS AFECTA A LA LACTANCIA?

Sin duda. Desde la Asociación Española de Pediatría (AEPED) se hace especial hincapié en este aspecto como un factor que puede llegar a reducir la producción de leche materna. Para evitar que el estrés de comenzar a trabajar, junto a la responsabilidad de seguir amamantando al bebé, afecte a la lactancia, la madre necesita, sobre todo, descansar todo lo que pueda y, para ello, tiene que poder delegar. Contar, con una buena red de apoyo (familia, pareja, amigos u otras madres con la misma experiencia) es fundamental para que la lactancia sea duradera y placentera. Algunas asociaciones, como la Liga de la leche, ofrecen grupos de apoyo para aquellas mujeres que lo necesiten.

LA VUELTA AL TRABAJO

Unas semanas antes de incorporarse al trabajo, se recomienda que la persona que va a encargarse del bebé se familiarice con él y con la forma de darle la leche (lo más normal es que sea en biberón). De este modo, el pequeño se sentirá más tranquilo (no olvidemos que para los bebés mamar no solo consiste en alimentarse físicamente, también es un momento de mimos y nutrición emocional).

Después, durante los día laborales, si la madre ofrece el pecho al bebé justo antes de irse a trabajar y luego nada más llegar a casa, es posible que, en sus horas de ausencia, solo necesite una o dos tomas de leche. La razón es que algunos bebés no comen nada mientras su madre está fuera: se dedican a dormir para luego reclamar todo lo que necesitan, en cuanto su mami vuelve.

Cuando la madre esta en casa, se aconseja seguir con las tomas a demanda, como comentábamos antes. Y para los bebés mayores de seis meses complementar con otros alimentos apropiados a su edad, como purés de frutas y verduras. En este caso, resulta muy práctico darle este tipo de alimentos cuando mamá se va a trabajar. Así no será necesario tener mucha cantidad de leche almacenada y el pequeño irá experimentando nuevos sabores que empiezan a ser fundamentales en su dieta.